«La palabra de Feijóo tiene tanto valor como el paso del día a la noche. Un instante, por un momento vale su palabra. Inseguriza su volátilidad»
Esta cifra siempre me ha inquietado. Será por el permiso policial para no ponerte en manos de un juez si fuese el caso de que te detuvieran y conducido fueras a comisaría y en celda quedaras esas 24 más 24 más 24 horas, donde la vigilia, el sueño, el hambre y el miedo alteran hasta quien más superman sea o crea él, el individuo, el sujeto creído. Pero no es de negras togas y comisarías lo que quiero celebrar, ni paranoias ni creídos, estas setenta y dos horas desde el minuto uno del viernes 7 de julio. San Fermín. Es de la verdad y su negación, Feijóo. Santo no es, pero no me fío de él. En todo caso, sí festejo la propuesta programática de Sumar, ese horizonte de semanas laborales de 32 horas hasta el jueves y, también, 72 horas de tiempo libre, con todos los matices que tiene el ejercicio libre de cualquier asunto práctico o filosófico.
Llevamos 72 horas de campaña electoral, con las banderolas en las farolas, los micromítines y los grandes actos, las entrevistas y los cortes para los telediarios, las encuestas a favor de obra… Ya lo decía el profesor Jesús Ibáñez: «las encuestas son dispositivos de captura de información de abajo a arriba y de neguentropía, de inyección de sentido de arriba a abajo, al cuerpo social». En estos tres días también hemos conocido el programa franquista de VOX. Madre de Dios. Su lectura estremece. No daría miedo si no lo comprara el PP. Pero la orfandad española de una derecha no franquista nos aleja de Europa y nos hace retroceder. Ya lo dijo el profesor Aranguren: «la democracia es una “tarea infinita” en la que, si no se progresa, se retrocede; pues incluso lo ya ganado ha de reconquistarse cada día» … Cada domingo de votaciones.
En 72 horas hemos comprobado una vez más que la palabra de Feijóo tiene tanto valor como el paso del día a la noche. Un instante, por un momento vale su palabra. Inseguriza la volatilidad de Feijóo. Puedes llegar a pensar que es un valladar frente a la extrema derecha, pero al instante te hace saber que es su caballo de troya. Es el que les abre la puerta del gobierno. En Castilla León como en la ciudad de Valencia. En Extremadura como en España, si no lo impedimos con nuestro voto el 23J. Esta noche la luz catódica nos hará llegar la verdad de la acción del gobierno de coalición progresista estos cuatro años de pandemia, catástrofes naturales y guerra, cuando el Presidente Sánchez a la cara lo desgrane frente al cara que lidera el PP, ese partido insumiso constitucional que ha bloqueado por cinco años la renovación del poder judicial. Y sin despeinarse el candidato Feijóo dirá que quiere reforzar la independencia de los jueces (ja), que ha venido a no enfrentar (ja), que es moderado (ja)… Dime de que presume y te diré de que carece el candidato Feijóo y sus amigos en tierra como en la mar.